Hoy en día el conocimiento y la información adquieren un especial protagonismo, la gestión de las empresas incorpora un nuevo principio de funcionamiento para la obtención de mejores beneficios como el desarrollo personal de los empleados, la motivación y satisfacción en obtener los mejores resultados dentro de la empresa. Aquí haría falta una buena reflexión para preguntarse si hay algún motivo por el que los empleados no pueden dar el mejor rendimiento en una empresa en la que no sientan una aportación satisfactoria, en donde las normas, los procedimientos y las formas nunca sean mas importantes que los propios resultados y donde las relaciones interpersonales sean tan especiales como los beneficios económicos. Las empresas en nuestros tiempos deberían empezar a preocuparse del bienestar personal de sus empleados organizando un proceso en el que se incorpore actitudes y mecanismos para el desarrollo personal orientado hacia el cambio de cultura organizativa haciéndose permanentemente estudios de procesos motivacionales de los empleados a nivel organizativo y en su lugar de trabajo para nuevas estrategias de modernización. Desde la psicología la motivación se sitúa en el plano individual de la autorrealización y desarrollo de la persona. Desde la sociología entender el trabajo como una actividad social y en este contexto la satisfacción se podría entender a partir de las relaciones existentes dentro de los grupos y de la misma sociedad.


En el estudio de la satisfacción laboral hemos de tener en cuenta que no solo las condiciones del trabajo se convierten en un factor dependiente si no que también hay otras series de factores que modelan la satisfacción que experimentan los empleados en el desarrollo de su tarea como la socialización y la administración predominante. Seria muy necesario tenerse en cuenta las condiciones del trabajo exigido, las características empresariales, sistemas de intercambio entre los trabajadores y la organización, los sistemas sociales, modelos culturales y la estructura, entorno a la actividad laboral. Para la productividad de una empresa en la actualidad es necesaria la motivación de sus propios empleados y la satisfacción que experimentan en el cumplimiento de sus aspiraciones de trabajo, fomentando aquellos entornos que favorezcan la competitividad en la realización del trabajo desempeñado. De este modo todo trabajo estaría orientado hacia la consecución de metas y objetivos diseñados por las empresas mismas. También habría que analizar los condicionantes organizacionales de la empresa que nos lleva a analizar sus relaciones con otras variables como el sexo, el rendimiento, bajas laborales, rotación de puestos de trabajo, antigüedad y nivel de estudios. Estos mecanismos están siendo objeto de análisis en el marco de una nueva cultura administrativa, presidida por los principios de “eficacia y eficiencia”, donde la calidad en la prestación de los servicio se convierte en el eje sobre el que gira todo el funcionamiento de la empresa. Actualmente se enfatizan otros aspectos, sin olvidar aquellos, como “la consideración del ciudadano como cliente final”, la “calidad en los procedimientos y en la ejecución de los mismos”.
Hasta la fecha son escasos los pasos que se han dado en esta dirección. Factores como la cultura administrativa burocratizada, la concurrencia monopolística, la organización basada en los anticuados principios de estructuración jerárquica de los puestos, y en general, la falta de espíritu competitivo, han convertido las empresas en una gran organización donde la palabra “evaluación” es sinónimo de inseguridad, incomodidad, más trabajo y, por ende, mayor exigencia.

Si estructuramos hipótesis sobre todo esto serían las relacionadas con la satisfacción de las necesidades de los empleados y los motivos de actuación de los empleados, aquellas que estudian la motivación y satisfacción con los factores que integran la relación laboral, las que analizan la motivación y satisfacción con la actuación de los jefes, aquellas que se fijan según otras teorías de motivación: cumplimiento de expectativas, alcanzar unas metas, la comparación social, las que se determinan en base a los principales mecanismos incentivadores: promoción, formación y sistemas retributivos y, las hipótesis que se inscriben en el proceso de reforma articulada al desarrollo económico.

Los trabajadores insertados en la organización están expuestos a una serie de condicionantes que inciden en la determinación de la conducta laboral. Algunos pueden ser de carácter personal como la estructura de necesidades, las aspiraciones y expectativas, etc, en la formación de éstas inciden a su vez otros de mayor obstáculo como la socialización en unos determinados valores, la cultura, etc.

Otros condicionantes son de carácter formal según el tipo de organización como el sistema de selección, ingreso y promoción, elementos encuadrados en la cultura organizativa, principios de funcionamiento, etc. Partiendo de esta doble connotación queremos analizar la influencia de dichos condicionantes en la motivación y satisfacción de los trabajadores. Para ello, tratamos de localizar la motivación en un contexto más subjetivo, estudiada desde el plano individual, mientras que en la satisfacción se toman en consideración otros elementos de carácter organizacional y social . Para todo esto es necesario parar y reflexionar como hay que preparar a los nuevos posibles empleados, como transmitir estos nuevos conceptos y como aplicarlos de manera mas eficaz posible.